El postparto es una etapa que muchas veces nos venden como algo breve y casi milagroso: “En unas semanas ya estarás bien, volverás a tu vida normal y disfrutarás al 100% de tu bebé”. Pero la realidad que vivimos muchas mamás es muy distinta. El postparto dura más de lo que pensamos y es mucho más complejo de lo que nadie nos dice.
¿Por qué dura tanto?
Porque nuestro cuerpo está haciendo una recuperación enorme, mientras que nuestra mente está procesando cambios emocionales y una nueva identidad. No solo ha nacido tu bebé, también nace una mamá, y ese proceso puede ser tan lento como intenso.
La realidad física que nadie menciona
El cuerpo postparto puede doler, sangrar, estar cansado y lleno de incómodas sorpresas: desde la recuperación de la cesárea o episiotomía, hasta problemas con la lactancia, o cambios hormonales que afectan el sueño y el ánimo. No es raro sentirse frágil o agotada, y eso no significa que estés fallando.
Mi experiencia personal
A mí me costó mucho volver un poco a la normalidad. Tuve un desgarro bastante grande y, entre idas y venidas de hormonas, lágrimas sin entender qué me pasaba, mareos, malestar y el dolor físico, no podía ni levantarme del sofá por mí misma; dependía totalmente de Juan para poder levantarme y moverme.
Juan estaba a mi lado, intentando ayudar, pero muchas veces entendía menos que yo lo que estaba pasando. Eso le causaba frustración y preocupación, porque no sabía cómo hacer que me sintiera mejor ni cómo ayudarme realmente. Verlo así, preocupado y sin respuestas, hacía que todo fuera aún más duro.
Eso me hizo preguntarme cuántas mujeres pasamos por esto sin saber realmente que podríamos prepararnos un poco para todo esto. A lo largo del primer año de mi hijo Santiago, seguí teniendo algunos malestares y, cada vez que lo comentaba con mi médico, me decía con calma y cariño:
“Rebeca, el postparto y todos estos cambios no desaparecen de la noche a la mañana. Dale tiempo a tu cuerpo y a tu alma para sanar, y sobre todo, sé amable contigo misma.”
Aunque no es fácil aceptarlo, esa verdad me ayudó a ser más paciente conmigo misma.
Y la parte emocional...
Es un verdadero torbellino. Alegría, miedo, dudas, ansiedad, tristeza e incluso culpa pueden convivir al mismo tiempo. Muchas mujeres sienten que deberían “tenerlo todo controlado” o “estar felices”, y cuando no es así, se sienten solas y confundidas. Esto también forma parte del postparto y es absolutamente válido.
Lo que nadie te contó y es fundamental saber
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Que el postparto puede durar meses. No te presiones por “superarlo rápido”. Cada cuerpo y cada mente tienen su tiempo.
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Que pedir ayuda no es signo de debilidad, sino de amor propio y responsabilidad contigo y tu bebé.
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Que compartir tu experiencia, con otras mamás o con profesionales, es clave para sentirte acompañada y apoyada.
Querida mamá, tu experiencia importa ¿Te has sentido así alguna vez? ¿Quieres compartir lo que has vivido o preguntar algo que te preocupa? Este es un espacio para ti, donde todas podemos aprender, apoyarnos y crecer juntas.
Déjanos tu comentario, cuéntanos tu historia o simplemente saluda. Aquí no hay juicios, solo voces que entienden.
¡Te esperamos con los brazos abiertos!
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